Todo parece un día normal. El sol se asomó tras las montañas... cantan pájaros afuera, suenan los rugidos de los autos que pasan... todo bien. Te levantas con el pie derecho, señal de "buenas vibras", pero, más que eso, es una costumbre, que permanece desde los tiempos en que creías en las "buenas vibras".
Ojalá si rigieran así algunas cosas, porque sabes que más allá de esas lindas apariencias, todas esas lindas cosas del mundo y de ti, vives en un círculo infernal y estás hecho un monstruo.
Inminentemente, estás condenado a la soledad, porque tu alma activa, saltarina, que tanta gracia puede causarle a las personas, a cualquiera de ellas, a algunas en especial incluso, esa alma jovial ya acabó de exprimirse hasta el hastío sobre esa gente, sobre las personas que tanto la admiraban; y, peor aún, de la peor manera: corrosivamente, atacando con instintos e impulsos, colmando la paciencia de éstas; hasta algún dios, lleno de amor, se hartaría con un hostigamiento constante, uniforme, incesante y virulento. Lamentablemente, hay algo que agrava aún más la situación. Pecando de inocente, de ingenuo, haciéndote el fuerte, (te) prometes que puedes mejorar, que pueden mejorar las cosas y el sufrimiento irrevocablemente menguará.
Craso error. Y qué dolor causas pecando de ingenuo.
La debilidad espiritual presente en ti te carcome, impidiéndote mejorar; te impide apretar, antes que salga, la esencia malvada que fluye desde ti hacia los demás; y, cuando más mal estás, más débil te sientes, más aún de cuan débil eres normalmente, llegando así a la conclusión que no sólo has arruinado, en cierto modo, lindas vidas de otras personas, sino que también has arruinado la tuya, ya que te vences a ti mismo, convirtiéndote en el peor derrotado y peor humillado del mundo.
-¿Qué hago aquí?
-No lo sé
-No te molestes en responder. Era un pregunta retórica.
1 comentario:
Ouch...
tus palabras duelen como el peor dolor de estómago que haya tenido en la corta historia de mi vida...
Es horrible cuando causas dolor sin darte cuenta, cuando hieres y hastías a los demás de manera inconsciente.
Pero...¿Qué hacer además de renovar tus buena intenciones y prometer, una vez más, un cambio en tu actitud?
Es que... existen rasgos TAN marcados en nuestra personalidad, que todo lo que podemos lograr es suavizarlas un poco, pero ...siempre estarán allí. No seríamos humanos si no tuviesemos defectos.
Bueno Simón, es un placer leer vuestra catarsis y aportar con algún minúsculo granito de arena.
Good luck
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